LA EDUCACION PRIMARIA EN DAIMIEL DURANTE EL SIGLO XIX-VI.

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SEXTA PARTE

Juan Vidal Gago.

¡Cómo llama la atención la cutrez económica con que hemos visto que se trata a los maestros y que más adelante volveremos a ver, en contraste, con el dispendio en otros gastos cuya finalidad es el agasajo y la adulación! Esto ocurre con motivo del paso de la reina por la villa, camino de Ciudad Real:

En la villa de Daimiel a 29 de noviembre de 1866, reunidos en sesión de Ayuntamiento los  Srs. que componen el constitucional de la misma, por el Sr. Alcalde se manifestó que por el Sr. Gobernador de la provincia se había hecho presente la venida de S.M. la Reina (q.D.g.) y su Real Familia  y que se recibiese cual correspondía, mandando a la capital tres niños y tres niñas  con obsequios a SS.MM. en la noche que había de permanecer en dicha capital, facultando que gastase cuanto sea necesario, por cuya razón había determinado enterar al municipio para que determine lo que tenga por conveniente. En su virtud pues SS. Acordaron:

Que del capítulo de imprevistos del presupuesto municipal del año actual se realicen los gastos que se crean necesarios para el paso por la estación del ferrocarril situada en este término, felicitación a SM. en la capital por el municipio y personas que acompañen y efectos que se compren para que los niños puedan hacer el obsequio que anteriormente se expresa(23).

Las carencias y deficientes condiciones de los edificios escolares de Daimiel en estos años son suplidas y vencidas con el tesón y buenas prácticas de los maestros del momentos y así vemos que mientras varias localidades de nuestra provincia son públicamente felicitadas por la Junta Provincial de Instrucción Pública por sus desvelos en pro de la enseñanza: Campo de Criptana, Torralba de Calatrava o Infantes(24), o los vecinos de Manzanares por sus aportaciones para la construcción de  las casas de los maestros(25), en el caso daimieleño, por estos mismos años, son los propios docentes quienes reciben esas públicas felicitaciones por los resultados obtenidos por sus alumnos en los periódicos exámenes, como les sucede a D. José Piña y a Doña Francisca Orovio en 1862, a quienes se une Doña Francisca Pérez Campos en 1864 y D. Aquilino Corrales en 1865, e incluso algún maestro privado como D. Domingo Villaverde en 1866(26).

Por un decreto-ley de octubre de 1868 siendo ministro de Fomento D. Manuel Ruiz Zorilla, se declara la enseñanza libre en todos sus grados, así como quedaba también establecida la libertad de cátedra y la creación de centros docentes, lo que configuró un sistema educativo en el que convivirán centros públicos estatales tanto del estado central como de las diputaciones y ayuntamientos con centros de particulares y que no teniendo dicho decreto los efectos esperados, el propio autor llegará a decir: Será necesario un periodo de dictadura más o menos largo para llegar al resultado de que todos los españoles sepan leer y escribir.

Con la rapidez, la Junta Local de Instrucción Primaria realiza una serie de propuestas al Ayuntamiento a las que éste accede, que por cierto ¡qué poquito tuvieron que favorecer la educación de la infancia y juventud daimieleña! como fueron:

a.- Que se nombren maestros auxiliares solamente para la escuela superior de niños que regentaba D. José Piña Dotor, suprimiendo estos maestros en el resto, incluida la escuela superior de niñas.

b.- Como estos maestros auxiliares tenían una asignación de 200 escudos anuales, los que se ahorran, por lo menos de la maestra auxiliar de niñas serán repartidos de la siguiente forma: Cien escudos se darán a una de las alumnas aventajadas de Doña Francisca Orovio para que haga las funciones de maestra auxiliar y los otros cien los controlará la Junta y los empleará en material escolar, evitando así el despilfarro en este aspecto. Ya no hay presupuesto alguno para material.

Ahorro municipal.

c.- Que las cuatro escuelas elementales sean de igual categoría, pero con distinta asignación: Las de niños la tendrán de 550 escudos anuales, las de niñas tendrán 377. La escuela superior de niñas que existía se ha convertido en elemental.

d.- Que como  gracias a la libertad de enseñanza últimamente decretada (se decretó a finales de octubre y ya se notan los efectos en noviembre) ¡surgió el milagro!, en Daimiel se ha instalado suficiente número de escuelas privadas que cubren satisfactoriamente  la imperiosa necesidad que había de ellas, y no se necesita ninguna escuela más(27).

Mayor ahorro aún. ¿Se puede hacer más en menos tiempo?

En 1870, hemos visto que cesa Doña Francisca Pérez Campos y se nombra a Doña Francisca Fisac Moreno,  que un mes antes de ser nombrada, de forma altruista venía ejerciendo como tal, con el VºBº del Ayuntamiento para no tener tanto tiempo abandonada la enseñanza.

En este momento la enseñanza pública daimieleña está de la siguiente forma. Una escuela superior de niños regentada por D. José Piña Dotor, ayudado por el auxiliar D.  Mateo García Esteban, junto con escuela de adultos; una escuela elemental de niños regentada por D. Aquilino Corrales y dos escuelas de niñas, una superior regentada por Doña Francisca Orovio Santa Cruz, reconvertida en elemental y otra elemental regentada por Doña Francisca Fisac Moreno. Además hay dos maestros de enseñanza particular. Teniendo en cuenta que Daimiel tiene en estas fechas más de 12.000 habitantes(28) ¡qué lejos estamos aún de las previsiones que para este número de almas hace la Ley Moyano, que está en vigor desde hace más de 10 años!

Después de reconocer el Ministerio el estado en que se encuentran los edificios escolares, en un Decreto del 18 de enero de 1869, lo relata de esta forma: “Apenas hay un pueblo en España que tenga un edificio propio para escuela; en muchos puntos el profesor da las  lecciones casi a la intemperie, en patios y corrales. El material en la mayoría de las escuelas queda reducido a unos cuantos silabarios, devencijadas mesas, un estropeado Crucifijo o alguna imagen  mal prendida de una pared sucia y ruinosa”

Esta estampa era bien reconocida en Daimiel en el lugar donde impartió clase Doña Francisca Orovio y no lejos de ella estaba la escuela de D. Aquilino Corrales, cuando en enero de 1871 el vecino Julián Ortega denuncia al Ayuntamiento que la pared divisoria entre dicha escuela y su casa de la C/. Rozas, actual Prim, está enteramente ruinosa, pudiendo ocurrir cualquier desgracia, a la vez que solicita que sea demolida y se haga nueva por ambas partes.

Continuará.

23- AMD. Libros Capitulares. Signatura L/00008. Acta del Pleno del 29 de noviembre de 1866.

24- BOPCR nº 100 del 14 de agosto de 1861, nº 130 del 20 de octubre de 1862 y nº 157 del 16 de diciembre de 1862.

25- BOPCR nº 37 del 20 de septiembre de 1865.

26- BOPCR nº 106 del 27 de agosto de 1862, nº 33 del 14 de septiembre de 1864, nº 37del 20 de septiembre de 1865 y nº 29 del 3 de septiembre de 1866.

A las felicitaciones anteriores, únase también la nuestra.

27- AMD. Libros Capitulares. Signatura L/00008. Acta de Pleno de 30 de noviembre de 1868.

28- Concretamente 12.105 según el censo de 1867.

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