1,017 visitas, 1 visitas hoy
Miguel R. Torres
Como ya presagiábamos el mes pasado, el acuífero bajó significativamente; en concreto 1,30 m en el mes de julio 19, situándose a 11,70 m a fecha 31/07/19. Esta cota es la más baja, en el mes de julio, en los últimos 9 años. Es decir, que desde julio de 2010 (14,2m) no superábamos los 11,70 de la actualidad.
Y aún queda agosto, por naturaleza propenso a bajar, aunque no creemos que sea tan severa como julio.
Lo verdaderamente triste es que se extraiga el agua del subsuelo y no se obtenga el valor que merece, porque los precios no son los estimados, o porque los productos son tan abundantes que hacen que caigan los precios. Así se está valorando si algunos productos merece la pena recogerlos, aumentando los gastos de recolección, debido a la caída de precios. Pero los gastos de agua ya están echados, y sin contabilizarlos.
Desde hace muchos años, no hay forma humana de controlar los cultivos. Si un año “selen” los melones a buen precio, al año siguiente, todos a sembrar melones. ¿No habrá forma de controlar esta desorganización? A lo peor es que es difícil. Aquí entra en juego el riesgo empresarial, (el que no arriesga no gana); pero en ese riesgo, debería valorarse la repercusión del gasto de agua, ya que ésta es un “bien público”, y por ello repercute a toda la sociedad, tanto su abundancia, como su escasez. Por supuesto que lleva muchos gastos de productos cualquier cultivo: simiente, abonos, herbicidas, … pero y el gasto del agua, que no figura en el presupuesto, ¿cómo se repone?
Esperemos que agosto nos deje buenas sensaciones y que las lluvias hagan por fin acto de presencia. Pero tengamos claro que nuestra comarca, sin el agua, del subsuelo, es una auténtica ruina, un secarral, un desierto. Valoremos lo que tenemos.
